SOMOS HERMANAS MERCEDARIAS DE LA CARIDAD, NUESTRO CARISMA, GRACIA DEL ESPÍRITU A LA IGLESIA, ES UN

“SERVICIO DE CARIDAD REDENTORA EN TODAS SUS FORMAS,
EN ORDEN A LA PLENA LIBERACIÓN DEL SER HUMANO”

(CONST. Nº3)

Nuestro Fundador

Vivió e hizo suyas todas las virtudes cristianas de manera heroica, sobre todo la fe, la esperanza y la caridad y todas aquellas virtudes humanas que dan elegancia a la caridad y la hacen entrañable en las relaciones.

Nuestra misión es la práctica de la caridad redentora, ejerciendo todas las obras de misericordia espirituales y corporales en la persona de los pobres, sirviéndoles en cuantas obras puedan redundar en favor de la humanidad pobre y necesitada, según el lema del Padre Zegrí: Todo para bien de la humanidad, en Dios por Dios y para Dios.

Siguiendo el ideal de nuestro Fundador, debemos aspirar a:

CURAR TODAS LAS LLAGAS, REMEDIAR TODOS LOS MALES, CALMAR TODOS LOS PESARES, DESTERRAR TODAS LAS NECESIDADES, ENJUGAR TODAS LAS LÁGRIMAS, NO DEJAR, SI POSIBLE FUERA EN TODO EL MUNDO, UN SOLO SER ABANDONADO, AFLIGIDO, DESAMPARADO, SIN EDUCACIÓN RELIGIOSA Y SIN RECURSOS”
(Const. 4)

El sueño del Padre Zegrí era que todos los miembros de la familia religiosa por él fundada fueran personas que se dejaran impactar por el dolor de los pobres y que llegasen a liberar a los necesitados de la sociedad de sus esclavitudes. Consideraba la caridad como la mejor respuesta social a las necesidades del ser humano y del mundo. Nuestra acción evangelizadora y misionera y nuestro compromiso social encuentran en nuestra espiritualidad las fuentes de la gracia para poder derramar los frutos de la redención sobre las personas. Los pilares que configuran el Carisma y que son ejes transversales de nuestra espiritualidad son:

  • Consagración a Jesucristo Redentor, para asociarnos a su obra redentora y liberadora
  • Caridad redentora, para socorrer todas las necesidades
  • María de la Merced, para ofrecer todos los gestos de caridad desde su maternidad divina y humana

El lema del Padre Zegrí:

“TODO PARA BIEN DE LA HUMANIDAD, EN DIOS, POR DIOS Y PARA DIOS”

Nuestra Congregación nace en la Iglesia bajo la inspiración y protección de María de la Merced. Ella es para nosotras modelo de la mujer nueva según el Evangelio, discípula y consagrada, y en quien tenemos que mirarnos para vivir con autenticidad la caridad redentora que el P. Zegrí nos dejó como carisma. Amar y servir a María, conseguir que los demás la amen y le sirvan es uno de los principales objetivos de nuestra misión.

Imagen Virgen
Mapa Mercedarias

PORQUE LA CARIDAD NO TIENE PATRIA

Las virtudes humano-evangélicas que configuran nuestro estilo de vida y que son elementos integrantes del carisma que el P. Zegrí, nuestro fundador, nos legó, y son:
MISERICORDIA | CARIDAD | HUMILDAD | ABNEGACIÓN | DISPONIBILIDAD | UNIVERSALIDAD | GRATUIDAD | AFABILIDAD | ACOGIDA | ALEGRÍA | SERVICIO

Elementos integrantes que condicionan la índole del Instituto, que son:
VIDA FRATERNA EN COMUNIDAD | INSERCIÓN EN LA IGLESIA LOCAL | DIMENSIÓN MISIONERA

VIVIMOS EN COMUNIDADES FRATERNAS

Consideramos que en nuestro mundo herido, EL SIGNO DE LA FRATERNIDAD tiene la capacidad de acercar a todos la Buena Nueva de Jesús. Por eso, la comunidad es para nosotras estilo de vida y profecía.
Optamos cotidianamente por la fraternidad, que expresamos:

  • EN RELACIONES SIGNIFICATIVAS, bajo el signo profético de la filiación y de la fraternidad. Vivimos en comunidades fraternas en las que cultivamos relaciones significativas, cargadas de humanidad y de vida nueva. Relaciones basadas en el respeto a la alteridad y el cultivo de la circularidad y de la mutualidad. Soñamos con ser y vivir en comunidad aquello que es y significa nuestro nombre: Caridad redentora.
  • EN CONTACTO CON EL MISTERIO DE DIOS EN LA ORACIÓN. Nuestras comunidades beben amor fraterno en contacto con el misterio de Dios. SON COMUNIDADES ORANTES, QUE SE RENUEVAN EN TORNO A LA EUCARISTÍA y que se hacen solidarias con el destino de la humanidad. Presentamos al Señor los acontecimientos del mundo, sus angustias y sus esperanzas, pidiéndole que se manifieste y se haga conocer allí donde es ignorado.
  • EN SERVICIO A LOS SERES HUMANOS MENOS FAVORECIDOS. Nuestras comunidades son comunidades en misión y para la misión, que llevan adelante el mismo proyecto de Jesús:
    PROCLAMAR LA LIBERACIÓN A LOS CAUTIVOS Y LA VISTA A LOS CIEGOS, DAR LA LIBERTAD A LOS OPRIMIDOS Y PROCLAMAR UN AÑO DE GRACIA DE PARTE DEL SEÑOR
    (Lc 4, 18)

Con toda la Iglesia y con las fuerzas sociales que buscan el bien de los seres humanos, la plenitud de la historia y la recapitulación cósmica de todas las cosas en Cristo, vivimos la espiritualidad de la comunión y el diálogo de la caridad, colaborando activamente en proyectos compartidos:
En nuestras comunidades hacemos camino con María, la mujer verdaderamente discípula, a la escucha de lo que Él nos diga. Ella, con su compromiso vivido con gozo y exigencia, está presente en cada uno de nuestros actos de amor, en nuestro esfuerzo de transformación evangélica, en nuestro empeño humanizante y en nuestra opción por los más pobres, esclavos y débiles del mundo.